A veces he oído que mi mamá dice cosas como “jamás digas de estas aguas no beberé” o “no escupas al cielo porque a la cara te regresa” y ahora sé que esas frases son ciertas. Pero si alguna vez dijiste que no irías a algún lugar o que no arias algo o quizá que no volverías a hacer algo, puede ser que más adelante te recordes de una de estas frases. Y es que algunas veces pasamos por malas experiencias o vemos a los demás cometer errores y esto hace que no nos queden ganas de volver a intentar hacer eso en lo que nos fue mal. Y cuando menos lo imaginamos, sin querer estamos ahí de nuevo. Es raro porque aunque nos juramos y perjuramos no volverlo a hacer, caemos de nuevo (sonrisa) , pero nuestra mente juega con nosotros, hace que nos olvidemos de esas promesas en momentos precisos.
Pero me pregunto ¿será que en realidad es nuestra mente la que nos hace olvidar las cosas ò es porque en realidad queremos saber si ahora nos irá mejor que en el pasado? Independientemente de cuál sea la verdadera causa de vernos envueltos en una situación que estábamos evitando. Lo importante es evaluar bien todas las posibilidades y recordar que la decisión siempre es nuestra y sobretodo reconocer que no siempre todo tiene que ser igual.
Ahora viene lo más difícil poder hacerte creer a vos mismo que no todo tiene porque ser igual siempre.
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